Este año, mas concretamente el pasado día 19 de Febrero, se ha cumplido el vigésimo aniversario de la Bendición, por el que fue Arzobispo de nuestra Diócesis Cardenal Amigo Vallejo, de la Imagen que actualmente veneramos en Dos Hermanas de Cristo Yacente; fecha mas que emotiva en el recuerdo de todos, pues se cumplía el sueño de la inmensa mayoría de los hermanos del Santo Entierro y que se mantenía expectante desde que, allá por el año 1942 y como consecuencia de una restauración, perdimos la que hasta entonces había sido, quizás durante siglos, la Imagen Titular de nuestra Corporación, junto a las de Nuestra Señora de la Soledad y a la del Señor Resucitado.
Hubo un periodo de aproximadamente diez años que la Hermandad se vio huérfana, sin una de sus Imágenes, hasta que el Jueves Santos del año de 1952 se bendijo la Imagen de Cristo Yacente a la que le hemos rendido culto hasta su retirada del mismo, el día 18 de Febrero de 1995. Esta talla, adquirida con carácter provisional, fue ejecutada en pasta madera y procedía de la localidad catalana de Olot.
La imagen actual de Cristo Yacente, titular de mi entrañable Hermandad, se encargó el día 23 de Mayo de 1990, y es obra, como de todos es conocido, del escultor sevillano Juan Manuel Miñarro López quien, en el contrato de ejecución firmado, la describe del siguiente tenor: “es de talla completa y representa a Nuestro Señor Jesucristo en el misterio de su muerte y enterramiento, según la iconografía de la imaginería barroca española y los testimonios bíblicos”. Esta inspirada en los modelos de la escuela castellana, singularmente de Gregorio Fernández y está realizada en caobilla del Brasil, aunque en el contrato de ejecución estaba prevista su talla en cedro.
“Es el nuestro, que está mas vivo. No lo olvides”. Conservo la estampa recuerdo que con motivo de la bendición se editó y donde, en su reverso, está estampada la dedicatoria manuscrita que antecede, de puño y letra de uno de los oficiantes durante la ceremonia de bendición.
Y así ha sido, en ningún momento he olvidado tal indicación sino al contrario, siempre la he tenido presente; ha sido en muchas ocasiones motivo de reflexión y de inspiración a la hora de manifestar la veneración que profeso hacia esta Bendita Imagen, tal y como ocurrió en la pronunciación del Pregón de la Semana Santa de dos mil tres, al finalizarlo con estas palabras:
“Y con el gozo de la Resurrección, que da sentido a nuestra fe, os invito a no buscar entre los muertos al que vive…”
Manuel Campo Muñoz
Hermano del Santo Entierro
Dos Hermanas, 16 de Febrero de 2015.